Mi segundo despojo de la temporada.
LA PLAGA
Deberías airearte un poco
porque hueles mal. Así rezaba el cartel que colgaba en mi esquina. Miré a lado
y lado. Nadie. Alcé un brazo y luego otro para comprobar si era cierto. Así
era. Apestaba. Decidí regresar al albergue. Necesitaba una ducha. Mientras
caminaba, las moscas zumbaban alrededor, las personas cambiaban de acera y los
comercios cerraban. Al llegar a la avenida me rodearon varios coches de
policía. Unos agentes hermetizados me metieron en un furgón. No sé cuanto duró
el trayecto. Mucho. Me trasladaron a un recinto donde la basura se amontañaba.
Allí me dejaron, a mi aire, pero no estuve solo mucho tiempo